viernes, 13 de enero de 2017

Las glorias de Mantequilla Nápoles



Les contaré la historia de uno de los deportistas eliminados en el torneo para escoger al #MejorDeportistaDeMéxicodeTodosLosTiempos, Mantequilla Nápoles, organizado por mí como divertimento tuitero de fin de año.

José Ángel “Mantequilla” Nápoles era un boxeador cubano que llegó al profesionalismo más o menos al mismo tiempo que Fidel Castro llegó a La Habana. El régimen de Fidel prohibió el boxeo de paga, así que Mantequilla se vino a México a continuar su carrera, manejado por Cuco Conde. Inició su estancia en México con una retahíla de triunfos.
Ultiminio Ramos

Con Mantequilla llegó otro gran boxeador, Ultiminio Ramos.  Muy pronto, Mantequilla y Ultiminio se nacionalizaron mexicanos, y como tales disputaron sus peleas.  El primero se convirtió en ídolo de la afición.

Ultiminio también llegaría a ser campeón mundial (de hecho el campeón destronado, Davey Moore, murió cuatro días después de ser noqueado por el cubano-mexicano), y perdió su título ante un connacional, Vicente Saldívar “El Zurdo de Oro”. Lo interesante es que, en esa pelea, más aficionados estaban con Ramos que con Saldívar.

A Nápoles le apodaron “Mantequilla”, por su facilidad para esquivar a los rivales, a quienes se les escurría. Al mismo tiempo, tenía una enorme capacidad noqueadora.

Estamos hablando de la época en la que los grandes eran boxeadores con punch, no meros fajadores como hoy abundan.

Bajo las órdenes de Cuco Conde, Kid Rapidez y Angelo Dundee, Nápoles despachaba a un rival tras otro. Era espectacular. Mantequilla era, antes de ser campeón, el mejor boxeador ligero del mundo, y los aficionados mexicanos al pugilato lo adoraban. Pero los campeones le tenían terror y no le daban chance de disputar el título. Para los que éramos fanáticos de Mantequilla, la situación era desesperante. No quiero imaginar cómo era para él.

Mantequilla Nápoles tuvo que subir de peso para disputar un cinturón. Lo hizo como welter, en 1969, ante Curtis Cooke, a quien le dio una felpa. Estamos hablando de tiempos en los que sólo había un título mundial por categoría: el AMB-CMB. No como ahora, que hay chorromil asociaciones.

El cubano-mexicano tuvo 14 defensas exitosas de su título, durante 6 años. También intentó ser doble campeón: welter y mediano.

La pelea por el título mediano, contra el argentino Carlos Monzón, fue de antología. Una batalla entre dos gigantes.  La batalla Monzón-Nápoles en Puteaux, Francia, organizada por el actor y mafioso Alain Delon, inspiró al gran cronopio Julio Cortázar a un cuento: “La Noche de Mantequilla”, que pueden leer aquí.

El combate Monzón-Nápoles
Por cierto, el cubano-mexicano perdió, porque el tramposo de Monzón –un tipo capaz de aventar a su esposa desde el balcón- le metió el pulgar izquierdo en el ojo, a la altura del sexto round. Monzón salió de esa batalla severamente golpeado. Nápoles, con el rostro destrozado. Pero se recuperó y defendió con éxito su cinturón welter.

En diciembre de 1975 Mantequilla perdió su título en la Plaza de Toros México, ante el norteamericano Stracey, ese mismo día se retiró.

Actorazos e ídolos de la afición
La fama de Mantequilla en su tiempo era tan grande, que se convirtió en compañero de aventuras cinematográficas de El Santo. En el feroz enfrentamiento entre el luchador y el boxeador con la Llorona, Mantequilla logró ser casi tan inexpresivo como el Enmascarado de Plata, y eso que no tenía máscara.

Según el ranking de boxeadores de todos los tiempos de ESPN, Mantequilla es el Nº 32; el segundo mexicano, sólo detrás de Julio César Chávez.

Actualmente, Mantequilla Nápoles vive en Ciudad Juárez, en la pobreza, con demencia pugilística, producto de los golpes recibidos.

Pero, a ver, díganme, ¿quién puede presumir haber sido coestelar fílmico con El Santo y también personaje central de un cuento de Julio Cortázar? Sólo un ídolo con aspiraciones de inmortalidad.